Aún quedan muchas cosas por saber acerca de los enigmas de la vida. Inclusive las almas iluminadas que visitan la tierra, dejan misterios sin aclarar. Las cosas de Dios son de Dios y las del hombre son del hombre.
Hay preguntas para las cuales el hombre no tiene respuestas. Hay un relato muy certero sobre ello, que cuenta que San Antonio El Grande, el célebre abad egipcio, meditaba en el desierto y se preguntaba: ¿Por que algunos mueren jóvenes mientras otros llegan a una envidiable vejez? ¿Por que los injustos se enriquecen mientras los justos pasan necesidad? Entonces, oyó una voz que le respondía: Antonio: ocúpate de ti mismo, pues eso pertenece al juicio de Dios y a ti nada te aprovecha saberlo. El regresó del desierto, y vivió para repetir la palabra de Amor de Dios y dejó de pensar en sus interrogantes.
Sin embargo, es fácil de decir, más no de aceptar. Especialmente, cuando perdemos a un ser querido, es cuando queremos saber que le sucede a su alma. ¿Lo volveremos a ver? ¿Estará nuevamente cerca de la familia? ¿Se acabó todo para siempre? El pensar que el espíritu de nuestro ser querido está cerca nos da consuelo y esperanza. ¿Es algo real? ¿Está su espíritu vivo en otro plano?
Reencarnar, según la creencia general, es que al fallecer, el alma deja un cuerpo para posteriormente comenzar otra vida terrenal. De esta manera, los que creemos en la reencarnación, tenemos la idea de que hemos vivido muchas veces y volveremos a hacerlo otras tantas, hasta que hayamos cumplido los ciclos de crecimiento espiritual que nos permitan alcanzar la iluminación.
Todas las filosofías o religiones que apoyan la reencarnación, la asocian con la palabra karma, o la ley de causa y efecto. La persona se porta bien, acumula puntos positivos, tendrá beneficios en su próxima vida. Si hay pecados, malos sentimientos y cosas negativas, la persona regresará en una situación que le permita subsanar el mal causado en vidas anteriores.
Si diéramos por sentado, que no hay dudas de la existencia de la reencarnación, igualmente encontramos diversidad de opiniones acerca de cómo sucede. En algunos países, aseguran que si el karma es muy negativo, la persona puede reencarnar en plantas y animales. En otros casos, hay grupos que dictaminan las fechas en que se debe reencarnar. Si no se hace en un periodo determinado de días, el alma queda en suspenso y castigo.
Es frecuente que las personas duden o cuestionen a Dios, cuando se preguntan: ¿Por qué xxx murió tan joven? ¿Por qué tal persona se esfuerza tanto y no logra ningún éxito? ¿Por qué xx persona apenas hace algo y logra riquezas? ¿Por qué hay pobres y ricos? ¿Dónde esta Dios cuando estas cosas suceden?
No creo que haya persona alguna en la tierra, que pueda científicamente, dar respuestas concretas e incuestionables. En todas las religiones o filosofías, se notan incongruencias, conceptos indefinidos, y/o ideas fácilmente refutables.
Como ya se me ha hecho costumbre, tengo mis propia «ideas” al respecto y se las iré complementando en el siguiente post. Cada una de ellas es producto de lo que he vivido, sentido y palpado. Lo demás, sobra en mi mente y no me produce inquietud, ya que las respuestas las conseguiré cuando regrese nuevamente a otros planos. Lo que si puedo asegurarle es que creer en la reencarnación le ayuda a superar la muerte de un familiar o allegado, manteniendo en el corazón la esperanza del reencuentro.
Y usted…¿cree en la reencarnación?
María Rosario Rowan
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