La muerte no tiene edad para escoger a quien se lleva, puede ser un anciano o un bebé y no hay ciencia o adivinos que puedan predestinar cuando es tu momento. Sin embargo, la mayoría de las personas viven con planes a mediano y a largo plazo, con un sinfín de metas por lograr en una larga existencia. Perfecto para los que viven muchos años, triste para los que se van jovenes o infantes.
Aunque se repita frecuentemente, los paradigmas están arraigados en la mente de las personas y pocas son las que rompen las cadenas con el plan del futuro. Trata de contagiar a los que viven en tu nucleo familiar con lo importante de mantener la vida al día. Compartan todo lo que puedan, digan sus sentimientos en persona (no virtualmente), disfruten al máximo la calidad del tiempo compartido. Revisen constantemente que realmente están viviendo en una senda de sonrisas, alegrías y amor. El tiempo que se pasa en molestias, disgustos y actividades no gratas es un desperdicio. Ama. Sonrie. Disfruta. Nunca se sabe cuando es el ultimo día…
Corazonismo 
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