La espiritualidad

La espiritualidad es una palabra que engloba un mundo muy amplio.  Debo aclarar que espiritualidad no es lo mismo que religiosidad.   Entendiéndose esta ultima, como la persona que pertenece a una religión, visita frecuentemente el templo y cumple con los preceptos de dicha religión. La espiritualidad es buscar el crecimiento de nuestro yo interno, el acercamiento con Dios, la paz del alma, un conocimiento místico que te permite ayudar a los  demás y a ti misma(o).

Taller del Amor Mayo 2013

Es grandioso que muchísimas personas estén en la búsqueda de su crecimiento interno, sin embargo, dependiendo de cuanto lo incorporen a su vida y practiquen, irán desarrollando y caminando en su evolución espiritual. Estamos en una  época de aperturas y descubrimiento de los misterios y se nota en la búsqueda que la mayoría de las personas tienen en este momento.  Donde hay conferencistas, nuevas iglesias, talleres, clases y enseñanzas espirituales, el público esta full.

Significa que las personas están buscando, y están caminando en un sendero espiritual. No es fácil  saber en que tramo del camino se encuentra cada persona. El llegar a un plano, donde la parte mundana afecte poco y el alma y el espíritu estén en paz, eso toma años y no debe ser motivo y/o excusa para que las personas se digan que es aburrido, imposible, difícil o demasiado  complicado.

Estar en la senda de la espiritualidad no es lo mismo que haber alcanzado un nivel de madurez en el espíritu; no es lo mismo que alcanzar la iluminación; no es lo mismo que haber encontrado todas las respuestas.  Pero es como dar la cuota de inicial del algo que la persona desea, ya lo ha incorporado a su vida y solo debe seguir invirtiendo en el. Si encontramos a alguien que esta intentando crecer, debemos celebrarlo y apoyarlo.

Si alguno de los lectores siente que ha dado lo que puede espiritualmente, y su vida sigue en problemas; no se desespere, no renuncie.  Simplemente piense que tal vez sean pruebas que le están colocando en su camino y cuando lo haya andado, sus premios serán mayor.

Cada vez que sienta que la carga esta muy pesada, puede buscar la vida de algún santo que vivió en problemas, antes de alcanzar la plenitud. 

Recuerde a San Francisco de Asís.  Lo tuvo todo, renunció a todo lo que tenia, creó un oasis para el espíritu y luego los conflictos lo envolvieron.  El nunca perdió su fe.  Recuerde a Buda.  Un príncipe que renunció a toda su riqueza y bienestar para encontrar a Dios en si mismo. Pasó  años, antes de lograrlo.  Inclusive llegó a un estado de desnutrición por la falta de alimentación, se enfermó y luego surgió como un ser iluminado. 

Usualmente, sabemos cuando comenzamos a acercarnos a la senda del espíritu, sin embargo, no es tan fácil para si mismo, saber en que peldaño está, cual es el nivel andado en el camino.  Llega un día, en que nos percatamos de lo que perciben los demás acerca de nosotros; de lo que sienten, de lo que piensan y vemos que gira sobre puntos positivos. Comenzamos a sentir en el alma, no en el ego, de que hemos ido subiendo las escaleras de la espiritualidad.

Llega el momento en que las sonrisas sobran y las lágrimas son prestadas, las cosas materiales no importan, pero llegan siempre a tiempo y en la cantidad esperada. Es aprender a aceptar el poder que tienen las afirmaciones, las visualizaciones, nuestra mente y el saber usarlo.

Si alguno de los lectores, vive en problemas de cualquier índole, tome unos minutos a diario para meditar, para conversar con sus guías, revise que pruebas esta pasando y como puede sobrellevarlas mejor. No renuncie, no piense que los contratiempos, son  símbolos de que la espiritualidad no  reporta beneficios, no piense que no es para usted. Al contrario, alguien desde el otro lado, está tan pendiente de usted que le ha enviado mayores pruebas para que demuestre su amor y fe. Mientras mayor es la carga, mayor es el Amor. No necesariamente son pruebas para castigo, es para que aprenda las cosas pendientes de vidas pasadas.  Recuerde que la vida en la tierra es como un aprendizaje.  Venimos, vivimos, aprobamos algunas materias y visitamos el otro lado.  Allí revisamos y recibimos nuestro reporte.  Dependiendo del comportamiento, regresamos y reanudamos la vida del espíritu.  En otro cuerpo, la misma alma, el mismo espíritu.

Igualmente, piense que el logro material no significa éxito.  Acá seguro que muchos se reirán y dirán: “que loca, yo quiero ser millonario”.  Séalo, pero paralelo a lograr un  espíritu  en calma y en buen sendero de desarrollo. Revise la vida de los multimillonarios famosos y vea cuantos son realmente felices.  Algunos tienen matrimonios de apariencias, otros tienen problemas de hijos drogadictos o enfermos, o alcoholismo.  Mire cuantos fallecimientos innecesarios ha habido en los últimos tiempos, de personas ricas, por exceso de licor o droga.  El único significado es que el exceso de riqueza no les dio felicidad.  El espíritu estaba pobre.

Y si usted no tiene problemas, pero observa que alguien que intenta crecer en el espíritu los tiene, es el momento de brindarle su mano.  Tal vez usted sea el que debe de hacer de Ángel para esa persona, ayudarlo con sinceridad, amor y compasión a que se sienta complacido y seguro de andar en los caminos correctos: los caminos del Amor y el perdón.

Con bendiciones de corazón

María Rosario Rowan

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