Actualmente, bien por razones practicas, económicas o sentimentales, cada vez es frecuente en el occidente, cremar a nuestros seres queridos. Después de hacerlo, frecuentemente viene la pregunta ¿ qué es correcto hacer con las cenizas?
En algunas familias, por apego al ser fallecido, se guardan en el hogar y se les hace una especie de altar, donde en algunos les colocan flores y/o velas encendidas., en otros simplemente les decoran un espacio.
En ocasiones, las cenizas son colocadas en el lugar preferido del ser que se ha ido, por ejemplo montañas, playas o ríos. Otros las colocan en la tierra donde se siembra una planta y se cuida de ella, pensando que es parte del ser ausente.
A veces el ser deja una especifica voluntad de que hacer con sus cenizas, lo cual no necesariamente es algo cómodo de hacer por sus familiares. Se piensa con duda si es razonable complacer el deseo del espíritu, o si por el contrario, ya no es importante para éste, lo que hagan con sus cenizas.
La realidad es que en el mundo, dependiendo de la cultura o religiones de los países, hay diferentes versiones sobre las cenizas. Para los cristianos, no hay reglamentos al respecto. En la Biblia no hay indicativos de que se hable de cremación, solamente se mencionan sepulcros y la mayoría de las veces se dice que eran cuevas, tal cual sucedió con el cuerpo de Jesús.
Algunas Iglesias se aferran a lo literal que dice que Dios resucitará a los buenos de los muertos. Se basan en no cremar para que Dios pueda resucitarlos. En este caso, yo podría preguntar: Los muertos que tienen más de cien años, ya son cenizas, por lo cual, ¿ podrían ellos resucitar?
Los Judíos no creman, porque creen que el cuerpo es un envase sagrado que sirvió al alma y por lo tanto debe venerarse y cuidarse. Lo preservan en la sepultura.
En la India, la cremación es un ritual especial, donde se purifica el alma a través de la incineración del cuerpo. Yo, particularmente, visité el crematorio al aire libre, ubicado en la ciudad de Veranase, donde las 24 horas del día están cremando constantemente cuerpos. El olor es terrible, sin embargo, las expresiones de las personas involucradas es de naturalidad. Para ellos la muerte es alegría, es la oportunidad de renacer y la cremación libera el alma y puede ayudar a terminar con karmas, permitiendo al espíritu permanecer en los otros planos en lugar de tener que regresar a la tierra.
Respetando las diferentes creencias del lector, yo particularmente creo que el cuerpo es solo una vasija que cuidó de nuestra alma por un ciclo de vida y al cumplir su cometido, ya no es necesaria. Enterrar o cremar es simplemente la opción de los familiares, dependiendo de que desean hacer en el futuro.
Hay personas que les gusta la sensación de visitar la tumba, sentir que están cerca de su ser querido en ese lugar, llevar flores y obsequios. Para otros es mejor romper los lazos y cremar.
Si la opción ha sido la incineración, lo que haga con las cenizas no le importa al espíritu. Ya para el es un envase vacío, tal vez, inclusive comparable con un lujoso vaso partido en pedacitos que no puede ser reparado ni utilizado de nuevo.
Independientemente de lo que una persona dijo mientras estaba en la tierra, acerca del destino de sus cenizas, cuando llegan al otro plano, ya no les importa lo que hagan con ellas. Lo que se hace con las cenizas, es más una satisfacción para los que quedan en la tierra que para el que fallece. Los espíritus son libres y felices, ya no tienen ataduras con el cuerpo dejado atrás. No les importa lo que hagan con cenizas. No hay algo correcto o incorrecto en lo que se hace. Cada persona debe actuar y hacer con sus cenizas de la manera en que le haga feliz y le de consuelo dentro de su duelo.
Todos los rituales que hacemos para los difuntos, son gestos de Amor y ellos así lo perciben. El encendido de velas, la colocación de adornos y flores, los rezos y las misas, son momentos especiales, en que ellos , los espíritus, ven y sienten el sentimiento que le envían sus seres queridos en la tierra. Lo disfrutan tanto como se regocija alguien al recibir regalos en esta vida terrenal.
El Amor sigue siendo lo más importante, acá y en el otro plano. Nuestros seres queridos, en espíritu, siguen apreciando y agradeciendo los gestos de afectos que le son enviados. El Amor permanece a través de los planos.
María Rosario Rowan
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