Para mi, nuestra misión en la vida, primero que cualquier otra cosa, “es ser feliz”. Dios no nos ha creado para venir a sufrir, por su simple diversión. No, el quiere que seamos felices. Ser feliz, va a depender del punto de vista de la persona.
A veces, he oído que una persona dice, sobre todo al sufrir la perdida de un ser querido, < me puedo morir mañana, así que voy a festejar, tomar, disfrutar todo lo que puedo> Allí se esta confundiendo placer con felicidad. Eso no es lo que yo tengo por ser feliz. Por supuesto, que viajar, ir a fiestas, teatros, museos, todas esas son experiencias agradables, sin embargo, todos los excesos son malos y siempre debemos dejar un tiempo diario para cuidar de nuestro espíritu.
Para mi, ser feliz, es abrir la puerta de nuestra evolución espiritual, es entender los mensajes sencillos y claros que han dado tantos sabios que han venido a la tierra. Amar, perdonar, dar, compartir con todo ser viviente, sin orgullo, sin egoísmo, sin maldad. Cuando comenzamos, poco a poco a cambiar nuestra visión de la vida, el espíritu va evolucionando y podemos comenzar a ver con el corazón y no con la vista. En esos momentos, nuestros pasos comienzan una senda estrecha que se va ampliando a medida que la caminemos.
Cuando buscamos, encontramos; cuando abrimos nuestra mente, comienzan a aparecer las personas que nos enseñan algo; hechos que nos instruyen, el universo nos coloca en frente de lo que necesitamos para acercarnos a la felicidad. No hay coincidencias. Dios, o nuestro Ángel, o nuestros guías espirituales, nos ponen en el camino las señales que necesitamos para crecer en el espíritu.
No hay un solo camino para la felicidad, no hay una sola senda para la evolución espiritual, no hay una idéntica misión para todos los habitantes. Cada uno de nosotros puede ser feliz en diferentes formas. Cada ser trae un karma que debe cumplir, unas relaciones que sanar, una familia que cuidar y amar. No es que yo crea que todos debamos tratar de convertirnos en santos en un día, no, esa no es la idea. Lo que recomiendo es que cada persona mejore su yo interno, su entorno familiar, su personalidad, sus sentimientos, su dar y recibir de la vida.
Si cada uno de nosotros, vive con buen humor, buenos ejemplos, dando y recibiendo Amor, perdonando cualquier ofensa que nos hagan, alejándonos de las situaciones de violencia y maldad, ayudando a los demás y tratando de sentirnos felices cada instante y a la vez contagiar a los demás con nuestras vivencias, entonces viviremos en un mundo mejor.
Para mi, actualmente, después de muchos años de diversas experiencias y búsquedas, ser feliz es compartir momentos con familiares y amigos (calidad no cantidad). Es comenzar cada día, dando gracias a Dios por haberme creado, por todo lo que he vivido, bueno o malo, todo lo que se, lo que hago, lo que vivo, Es usar parte del día en meditación, otra parte en Reiki para mi y el resto de la humanidad. Es comunicarme con mi Ángel y mis “amigos invisibles” para que me ayuden a encontrar las palabras necesarias para transmitir un poquito de felicidad a los que me escriben y leen. Es estar de buen humor, sonreír a todo el que me rodee para que ellos también lo hagan. Es dar Amor sin esperarlo de vuelta (el regresará en múltiplos del que doy), es no molestarme por nada, ya que todo tiene solución, es orar para que haya menos sufrimiento y más paz en el mundo. Es ir a la cama al fin del día, con la satisfacción de haber completado otra jornada en pro de la felicidad de los demás, lo cual se revierte en la mía propia.
Maria Rosario Rowan
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