Hay varias frases, inclusive hermosas en su contenido, las cuales a veces no aplican a todas las personas. A través del tiempo, he aprendido a entender la diferencia entre “las reglas” y las excepciones” de la vida.
Usualmente, se dice:
<Las personas pueden escoger entre ser feliz o infeliz. Todos los problemas y enfermedades son producto de la mente.>
Hay infinidad de famosos y exitosos libros y conferencistas, en todas partes del mundo, que basan sus enseñanzas en estas frases.
En base a ello, una vez escribí y publiqué (2011):
Antes del 2011, sentía, creía y pensaba que esa frase era aplicable a todas las personas. Revisando las comunicaciones con lectores de mis libros, me di cuenta lo errada que estaba. ¿Cómo pedirle a alguien que ha perdido a un esposo, o padres o hijos o algún otro ser querido, que se mentalice a ser feliz? Hay que darles tiempo para que pasen por todas las etapas del duelo.
La experiencia individual de algunos no es aplicable a otros y a veces, una frase errada en el momento equivocado, entristece en lugar de mejorar. Si la situación lo permite, la actitud mental positiva siempre ayuda, más, no es la formula mágica en algunos casos. Eso solo aplica a personas con determinados problemas o inclusive los que están gravemente enfermos, pueden optar por una aptitud positiva y eso los ayuda a sanar mas rápidamente y/o a partir de la vida con serenidad.
Sin embargo, es imposible para los que han perdido a un ser querido, ser feliz a corto plazo. Ese grupo de personas, son la excepción a esta regla. Dependiendo del carácter de la persona, pasará un corto, mediano o largo plazo para que puedan adaptarse a la vida con felicidad.
Ampliando aún más la excepción, la situación varia dependiendo de la cercanía con la persona que se ha ido. Perder a una pareja duele, sin embargo, a veces un nuevo Amor llega, sobre todo si el viudo (a) es una persona joven. Si se pierde a los padres, es lamentable y doloroso, superable en el tiempo, especialmente cuando la vida nos da hijos, nietos, etc. que llenan de alegría y alborozo alrededor. En otros casos, hay personas que han dedicado sus vidas a compartir con sus padres y entonces, la perdida de ellos se iguala a cuando los padres pierden a un hijo.
Cuando se pierde un hijo, se aprende a caminar con muletas en el alma, ya que esta queda lastimada por siempre. Para mi, es la ausencia mas difícil de superar y en estos casos, el positivismo solo ayudará a sobrellevar la tristeza.
Hoy en día comprendo y acepto que es absurdo decirle, en los primeros días, a los que han perdido a un ser querido: <mentalízate a ser feliz> <todo lo que sucede es producto de ti mismo>. Al contrario, les digo, lloren cada vez que lo necesiten, griten, desahoguen su alma hasta que esta se sienta nuevamente en calma. Sólo la fe en Dios, el tiempo y el desahogo los hará retornar a un sendero de armonía y tranquilidad. Cuando nos toca un momento amargo, hay que vivir la tristeza, es parte de la existencia.
Por años, me fue fácil aconsejar a la gente lo sencillo que era ser feliz. En esa época, mis clientes eran personas con problemas de estudio, trabajo o de pareja. Hoy en día, durante los últimos años , la mayoría de mis contactos son con personas que han perdido a un ser querido y/o están enfermos en gravedad. Son la excepción de la regla de la felicidad mental. He aprendido que en el Amor y la felicidad hay regla y hay excepción. Cuando hay ausencias de seres queridos, enfermedades terminales y/o situaciones extremas, las palabras de consuelo y apoyo a cada persona, deben ser inspiradas por la individualidad de la situación. En los casos referidos, son más las excepciones que las reglas.
Con bendiciones de corazón,
María Rosario Rowan
Escrito inspirado en un buen amigo, Erick Ekval, enfermo de cáncer. Por 21 años de amistad, lo he visto disfrutar la vida y sobre todo el Amor de pareja, que es lo que más lo entusiasma. Siempre está enamorado. Según los médicos, el iba a vivir unas semanas. Han pasado meses y su animo y optimismo, de vivir cada día, feliz y amado, es envidiable y admirable. En los primeros momentos, al ser diagnosticado, dijo: <no tengo miedo de partir, he vivido al máximo, cómo, dónde y con quien he querido. Siento que he vivido en pleno y además, estoy súper seguro de que hay algo más allá, mi vida continuará en otro plano>
Recientemente, dijo: <veo mi cuerpo y lo desconozco. Se que el tumor esta creciendo y le hablo, le digo: “Si yo muero tu mueres. No crezcas tan rápido, mantén control . Un poco mas de tiempo es OK para ambos”>. En su caso, el confirma la regla y no la excepción, su mente y optimismo lo sana y mantiene en un plano de felicidad. Completamente admirable.
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