Si estás en un sitio distante de la familia y amigos, y sabes que pasará tiempo antes que vuelvas a verlos, puedes utilizar juegos mentales y telepáticos para dar y recibir tu dosis de Amor. Te servirá para reconectar tus energías y afectará positivamente tus chacras.
En el mes de junio 2013, mientras caminaba por un bello jardín, con solo 24 horas en India, pensé que tendría un largo mes por delante, sin contacto físico con familiares y amigos. Conociendo ese país, se que las personas brindan sonrisas, movimientos de cabeza y bendiciones, más no dan, contactos físicos de saludos o demostraciones de aprecio.
Observé lo extenso de lo verde a mi alrededor, y en eso miré un gran árbol. Se parece a uno que está en el jardín de mi casa y me dije: “ si te miro como extensión de mi hogar, puedo abrazarte e intercambiar afectos contigo, eres parte de la naturaleza, eres energía y yo soy ambas. Somos parte de la misma creación”. 
Si diariamente, en mi hogar, acostumbro a conversar, tocar, querer a cada planta que está cerca, me dije: ¿por que no hacerlo con los que encuentro en el camino?
Recordé haber leído en algunos libros, sobre como nuestros ancestros abrazaban a los árboles para reactivar sus energías. En el oriente es parte de muchas filosofías, el conversar, cuidar y abrazar a los árboles, para a través de ellos conectarnos con la naturaleza y las energías del universo.
En los últimos años, en el occidente, se ha puesto de moda que los terapeutas sugieran a sus pacientes, el interactuar con los árboles y crear intercambio de energías con ellos. Hay inclusive escritos científicos que demuestran que los resultados de esas terapias han sido positivos para los que han intervenidos en esos estudios.
Así que, durante todo mi viaje, incorporé un juego de estar pendiente de ubicar, en cada sitio visitado, un árbol que de alguna manera hiciera conexión conmigo. Es divertido, entretenido y realmente funciona. Sientes lo que ellos transmiten y se recarga la conexión con el universo.
Los árboles solo producen cosas positivas, nos dan oxigeno, alimentos, madera, por lo tanto, todo lo que venga de ellos es beneficioso y que mejor que usarlos, para diariamente, cuando te has alejado del hogar, abrazarlos, sentirlos, cerrar tus ojos y pensar que cada abrazo está siendo enviado y recibido por las personas queridas que se encuentran distantes.
Recomiendo incorporar a tus actividades diarias, el mimar y consentir, una planta. Al comienzo te sentirás algo fuera de razón, luego comenzarás a disfrutarlo e inexplicablemente, lo harás a plenitud, en cualquier sitio y sin importar quien te observa. Si sonríes al hacerlo, los demás sentirán curiosidad y querrán probar. Si no les gusta, por lo menos les habrás hecho sonreír.
María Rosario Rowan
Abracé al árbol con cariño, como quien lo despierta.
Después con más fuerza, fusionándome.
Los pies en las raíces, rostro, pecho, vientre, y piernas pegados a su tronco,
lo abrazaba tiernamente con las palmas abiertas.
Sentí mi propia respiración.
Tomé pulso de mi sangre para sintonizar con la sangre del árbol.
Se fueron transformando mis cabellos en hojas, en tronco mi cintura, los brazos en ramaje, mis pies en entrañadas raíces .
Y sentí por todo mi ser una energía que ascendía por la tierra, que bajaba de los cielos.
De repente dejé de sentir mi yo: y fui árbol, sólo árbol, pura energía cósmica.
Autor: Leonardo Boff
Corazonismo 
Maravillosa enseñanza Maria Rosario, gracias por compartirla ❤
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Gracias Luis. Abrazos y bendiciones
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