A continuación, los relatos de mi viaje, a partir de lo ya expuesto en el articulo anterior, sobre mis experiencias en India.
Karma Yoga.
Como parte del curso intensivo de yoga, por una hora diaria teníamos Karma yoga. Consiste en limpiar el área de clases, por parte de los estudiantes. El primer día, éramos muchos para la cantidad de materiales que había, así que yo no limpie. Para el segundo día, la maestra separó en dos grupos, cada uno debía de limpiar tres veces a la semana. En el momento en que llamaron a entregar los materiales y fui a tomar una escoba, una amiga Hindú, me dijo que yo no debía de hacerlo, para ella yo no tenia karmas y ella quería limpiar por mi, eso le daría bendiciones. Con pena, al comienzo, le dije que no, sin embargo, ella me rogó y entonces otra joven hindú se acercó y me dijo: complázcala, para ella es importante. Como realmente no me gusta limpiar, acepté gustosamente su tradición.
Peregrinaje al Templo de Shiva.
Durante el mes de Julio de cada año, más de un millón de personas, caminan desde diferentes ciudades de la India, hasta llegar al Templo de Shiva en Rishikesh. Allí la visitan y rezan, en un templo en lo alto de una montaña. Es impresionante ver a paralíticos rodarse por el piso, para llegar al templo. Viajan casi sin nada, muchos sin zapatos, solo chores y franelas de color naranja. Entonan unos cantos q terminan en la palabra «bamboleé». Un sábado en la noche, a petición y/o por invitación de los encargados del ashram, mi hijo y yo compartimos con ellos y nos tomaron fotos. Al día siguiente, aparecimos en toda la prensa local y una nacional. El reportaje es en hindú pero la foto es genialmente divertida.
Cerca del ashram, en una montaña fácil de acceso, hay un segundo templo de Shiva, uno de los nombres usados para uno de los Dioses en India. Es una construcción hermosa y simple, se va subiendo por una escalera estrecha, se va tocando campanas y entonando canciones, hasta llegar al 5to y ultimo piso. Allí se observa toda la ciudad y el clima cambia a frio. En el tope hay un pequeño cuarto con un gurú. Nos invitó a rezar y cantar con el. Al final me dijo: pide un deseo, te pondré una pulsera y cuando Shiva te lo conceda debes venir a devolvérsela. Acepté. Le pedí un deseo difícil. No para mí. Una obra espiritual que deseo construir para Venezuela. No me importara ir tan lejos a regresarle su pulsera, con tal de que pueda lograr mi propósito, el cual se que ayudará a muchos venezolanos.
A las 7 AM cuando regresábamos de clases de yoga, mi hijo y yo, siempre comprábamos bananas y mangos. Al lado de los vendedores, siempre estaba un perro y una vaca. Observe que la vaca olía la bolsa de las frutas, así que comencé a darles comida diariamente. Uno de los días, el perro estaba esperándonos a las 6 AM, cuando pasábamos a clases. El perro nos siguió al salón y se sentó en mi manta de yoga. La maestra vino y lo ahuyentó, tres veces y tantas veces el regresaba a mi lado. Ella me miró con extrañeza y yo le expliqué: todas las mañanas le damos desayuno, creo que hoy lo quiere más temprano. Toda la clase rió y ella lo ahuyentó nuevamente y cerró la puerta para que no pudiera retornar. Sin embargo, estaba esperando como siempre, al lado del frutero, cuando salimos de clases.
Cascada de agua.
El domingo 15 de julio fui con tres amigas del Ashram, a buscar una cascada de agua que todos decían eran maravillosa. Queda en una montaña, debimos caminar una hora, luego tomar un taxi que subió por media hora y luego nuevamente caminar por media hora más por la montaña. Valió la pena, el paisaje era ver toda la ciudad de Rishikesh, el agua ni fría ni caliente, templada. El agua va bajando por entre las rocas, formando en algunos planos pequeños pozos para el disfrute de los que se arriesguen a llegar a ellos. Una delicia de la naturaleza creada a la perfección por Dios.
Despedida del Ashram.
Al llegar del paseo de la cascada, mi hijo y yo sembramos un árbol en la entrada de la sede de yoga. Los encargados del Ashram lo bautizaron “Árbol Rowan”, comprometiéndonos a que debemos regresar para verlo crecer.
Fue un sabor agridulce el decir adiós a todas esas personas lindas con las que compartimos por dos semanas. Bellas experiencias, gran aprendizaje.
Una ciudad de torres, castillos y lagos. Camellos adornados tipo películas. Paseos en bote viendo el atardecer. En el visitamos City Palace, es una construcción al borde del lago, increíblemente bella e interesante. Con una extensa colección de obras de arte. En un parque hay una fuente en un lago, y en el hay botes chocones. Súper relax y refrescantes. Visitamos un teatro de títeres, muy cómico.
Ranakpur.
Esta ciudad es remota, zona de grangas. El hotel es de piedras y queda en una montaña aislada. Horas para descansar, meditar y pensar. Solo el sonido de las aves, ver infinidad de ardillitas jugando, sapos y monos paseando.
Jadhpur.
Nuevamente civilización. La ciudad de los caballos. Visitamos una construcción gigantesca de donde se puede ver toda la ciudad azul. Todas las fachadas son de color azul. A las 5 observamos el aarti, incienso, toque de campanas y tambores.
Jaisalmer.
Zona desertica. Camellos en las calles, mezclados con las vacas y los perros. Construcciones de piedras, figurando torres y fuertes. Paseamos en el Lago en Bada Bagh para disfrutar la puesta de sol. Cenamos sentados en cojines, en el techo del hotel, viendo las estrellas y el cielo.
Al día siguiente paseamos por un castillo y luego a las 5 AM salimos al desierto. Fuimos a pasear en camello. Al llegar al sitio de encuentro, nos dan un te, que tomamos mientras escuchamos las instrucciones. Luego recorremos 40 minutos en el camello hasta llegar al desierto. Que belleza. No hay palabras para describir la inmensidad de la creación hecha por Dios. El brillo del sol y de la arena, el silencio, lo infinito del espacio que se une con el cielo. Los camellos parecen sonreír, son obedientes a sonidos hechos con la boca, como chasquidos, por los jóvenes que los dirigen. Cuando no están llevando pasajeros, están sueltos en su propio terreno. Estuvimos por una hora en el desierto, viendo la caída del sol. Luego recorrimos nuevamente los 40 minutos a camello para llegar a su sede y de allí al hotel.
Bikaner.
Ciudad de templos, castillos y fuertes. Similar a las anteriores. Acá compartimos con un grupo de turistas españoles. Ellos andan haciendo su propia ruta, no tienen reservaciones previas. Les hablamos de los hoteles que nos han gustado y los sitios que creemos valen la pena ver, incluyendo el paseo en camellos. Visitamos el Templo de las ratas. No me pareció nada divertido ver tantas ratas juntas. Las idolatran y cuidan como algo especial.
Bharatpur.
A las 6 AM fuimos en bicicletas a visitar el Santuario de Aves. Es una belleza, jardines extensos, poblados de cientos de diferentes clases de aves. Adicional a venados, vacas, perros, gatos, monos, y ardillas. Dentro de las junglas, algunos templos cuidados por sacerdotes. En uno hay monos, gatos y tortugas y el sacerdote nos contó que lleva allí 35 años. Solo cuida de los animales. Pasa el tiempo preparándoles alimento y dándoselos varias veces al día.
Mandawa – Orchha – Khajurano.
En estas tres ciudades visitamos museos, templos y castillos. Cada uno con sus propias características. Esas fabulosas construcciones antiguas, con detalles de mármol, o madera, hechos a mano.
Varanasi.
Linda ciudad. Después de Rishikesh, la más espiritual. Tiene una energía extraordinaria. Muchos templos budistas, bellísimos, con sus silencios, sus monjes cantando, las personas meditando. Paseamos dos veces en bote, en el Rio Ganges. Increíble lo que se observa, gente bañándose, cepillándose los dientes, vacas en el agua, personas cremando cuerpos en la orilla del rio. También vimos, aunque suene repulsivo, un cuerpo humano en el agua. Al preguntar, el guía nos dijo que si alguien fallece y no tiene quien se ocupe de su cremación, ellos abandonan el cuerpo en el agua y la corriente se lo lleva hacia la zona de Calcuta. Ellos no se inmutan por lo que encuentran en el agua. Tampoco dejan de tocar o entrar en el agua, creen firmemente que es una agua sagrada y no les afecta negativamente, aunque esté contaminada. En las noches, realizan el aarti a Dios y asisten cientos de personas. Todo el rio enfrente de la ciudad, se llena de botes con las personas que desean participar en la ceremonia.
Templo de Shiva, Visnu y el Bull.
Nuestra ultima visita a templos. Aprovecho la oportunidad para cerrar el ritual de pedirle al Bull, el mensajero de Shiva, que le lleve mi pedido. Una obra especial, espiritual, para Venezuela, que ayude a unir a sus habitantes, a crear paz y armonía entre todos los venezolanos.
En el carro, ya de vuelta, iba conversando con Dios y verificando lo que deseaba. De repente, mi hijo me dijo: <mama, ¿como hiciste eso tan bello con tus cadenas?> Las miré en el espejo y me di cuenta, que una cadena con la flor de Liz, símbolo de meditación y un cordón con una cadena de Shiva, se habían mezclado de una manera que parecía hecho adrede, bello realmente, difícil de hacer por si mismos. Posteriormente, trate de hacerlo y me di cuenta que no había sido fácil que se cruzaran. Lo tomé como una respuesta de Dios. Uniendo mi fe en Dios y practicando la meditación, lograría hacer el proyecto que desde hace año y medio se ha ido desarrollando en mi mente, completándose en mis sueños, por capitulos.
INDIA. En India todo es posible…
En general, mi opinión sobre India, es un país donde los habitantes son unidos. Un hindú nunca engaña a su paisano, ni busca aprovecharse de otro hindú. Caso contrario, cuando están con los turistas. Para ellos los visitantes son ricos y de alguna manera pueden darles rupis (moneda hindú). Ojala en cada país existiera esa unidad de hermandad.
La pobreza es extrema e impresionante. En todas las ciudades vimos infinidad de personas, dormidas en las calles, sin casas ni nada extra.
La falta de higiene es algo que parece venir del tiempo de las cavernas. Las personas hacen sus necesidades en las calles, compartiendo los espacios con las vacas y los perros. Los turistas que conocimos y nosotros mismos, estuvimos enfermos del estomago. Solo tomábamos agua mineral y tratábamos de comer en los restaurantes de los hoteles; sin embargo, pasamos problemas con el sistema digestivo.
Dios bendijo a la India con unas bellezas naturales extraordinarias. Ojala puedan de alguna manera superar la pobreza y mejorar sus sistemas de transporte, vialidad, luz, agua e higiene. Vale la pena que se mejoren para que puedan incrementar sus índices de turismo, brindando la oportunidad segura, a los extranjeros de poder disfrutar de las maravillas que poseen.
El propósito de mi viaje era encontrar una respuesta y allí la obtuve. Es motivo de promesas y condiciones entre Dios y yo, cualquiera sea el nombre utilizado para él. No es nada para mi beneficio personal, es una obra espiritual, que de acuerdo a inspiración divina es necesaria construir en Venezuela, para cambiar los destinos del país y de sus habitantes. Un símbolo de su renacer en la espiritualidad. Con el favor de Dios, y con la fe absoluta que tengo en él, pronto comenzaremos el camino de su construcción. El refrán de la India es…en India todo es posible…yo lo parafraseo y digo…con Dios todo es posible.
Namaste
gracias por compartirlo
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¡Todo es posible! y cada momento vivido es un tesoro, Namaste
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