Un mundo de Amor

Usualmente las noticias de la primera página de un periódico, siempre informan de eventos negativos, catástrofes, guerras, asesinatos, robos, etc.  Las noticias románticas, de Amor, bondad o compasión se encuentran escondidas y pérdidas entre las páginas internas y allí, en el interior de Newsday, mi vista se quedó congelada en un hermoso relato.  Conmovedora historia que nos hace saber que aun existe gente buena, que da desinteresadamente, sin esperar nada a cambio, solo por Amor.

Para comenzar, es bueno recordar, que cuando algo malo sucede, probablemente es para que el universo permita que suceda algo bueno.  Así fue en este caso.

En una de las ciudades de Long Island, en una modesta vivienda vive una joven madre con su pequeña hija deshabilitada.  Esta chiquilla depende de una silla de ruedas y por ello, la entrada de la casa tenía una pequeña rampa de madera.

Unos días antes, para sorpresa de la madre, al abrir la puerta del hogar, se encontró con que la rampa había sido robada.  Algún rufián se la llevó, probablemente para jugar, o para usar la madera en algún otro objetivo.  La niña tiene su cuerpo distorsionado por su enfermedad, por lo cual no puede caminar.

La silla de ruedas es pesada. No es fácil para la madre, al salir de casa, cargar a la niña hasta el carro y luego regresar a cargar la silla de ruedas.  Es indispensable y practico para ambas el tener la rampa.

El rumor corrió por el vecindario, de casa en casa, y llego a oídos de un joven carpintero. Hermoso ser con un corazón lleno de Amor y bondad.  Inmediatamente, el averiguó la dirección del suceso y allí se presentó, acompañado de su hijo adolescente.  Explicó a la señora madre  que su profesión era la carpintería y que estaba allí para construir, con la ayuda de su hijo, sin cobrar, una rampa en la entrada de la vivienda.  Llevaban consigo todo el material necesario y en unas cuantas horas, orgullosamente finalizaron su linda y sencilla obra.

Lo que se inicio como algo negativo, un absurdo robo de una rampa, terminó dando fruto a un gesto extraordinario.  Un carpintero que da y comparte con su joven hijo, una labor encomiable, convirtiéndose por un día en un Ángel para madre e hija. La sonrisa de ambas debe haber sido su mejor recompensa. Que Dios los bendiga y multiplique indefinidamente los recursos que utilizaron para esa bella labor.

Dentro de la oscuridad de las noticias negativas que suceden en el mundo, siempre podrás hallar, si buscas con el corazón, la luz de un mundo de Amor.

Que Dios los bendiga y les de la inspiración para ser, aunque sea por horas, un Ángel en la vida de un ser necesitado.

María Rosario Rowan